DESFILE DE LOS GENITORES
Escenificación de la historia de la Ciudad de Ocaña, revelando sus momentos estelares y los valores de la tradición popular.
La ciudad de Ocaña al igual que los municipios que componen su territorio, tienen una diversa riqueza cultural compuesta de costumbres, leyendas y tradiciones esencialmente españolas. De ahí, que en 1960 un grupo de Ocañeros - entre los que se encontraban Carmen Eliécer Quintero, ya fallecido, y el compositor y declamador Alfonso Carrascal Claro - fundamentados en la obra literaria del médico e historiador Alejo Amaya denominada “Los Genitores”, tienen la idea de escenificar la historia de la ciudad desde el momento de su fundación, hasta el año de 1810. Para dicho fin recurren a una metodología que consiste en extractar la historia por etapas o cuadros debidamente organizados de manera cronológica. En consecuencia, se puede definir el Desfile de los Genitores como un gran espectáculo en el cual se integran elementos teatrales, musicales y plásticos, con el fin de escenificar la historia de la ciudad de Ocaña, destacando sus momentos estelares y los valores de la tradición popular. Sus integrantes - cerca de 750 personas- se agrupan formando cuadros en riguroso orden cronológico, y realizan una marcha desde el extremo norte de la ciudad, recorriendo las calles de La Amargura y Real. Durante el trayecto se llevan a cabo algunas representaciones teatrales (" fusilamiento de Agustina Ferro", "marcha de los colorados", "debates de la Gran Convención", etc.) que causan mayor atractivo e impulsan a las gentes a indagar sobre el significado histórico de los cuadros.

En el año 1991 se constituyó la Corporación Cultural y Artística "Desfile de los Genitores", con el fin de garantizar la permanencia del evento y velar por su desarrollo.
1. LOS INDIOS HACARITAMAS
A la llegada de los conquistadores, la región de Ocaña se encontraba habitada por diferentes pueblos aborígenes cuya denominación genérica de "Hacaritamas" se ha conservado tradicionalmente. Sin embargo, dada la característica del territorio como zona de expansión caribe, y con base en los descubrimientos arqueológicos realizados a partir de 1932, por los padres Debill y Escobar, bien puede determinarse que en la antigua Provincia de Ocaña se destacaban dos culturas: Los Hacaritamas, y la denominada Cultura Mosquito, cuyos vestigios responde a la misma concepción estética, fabricación y fines que los descubiertos en Honda y Tamalameque. La indumentaria de esta comparsa esta constituida por el generalizado “taparrabo” y las "mantas de algodón", a las cuales hacen alusión algunos historiadores. La armería esta representada por flechas, arcos y macanas.

2. LOS CONQUISTADORES
El capitán Francisco Fernández de Contreras por orden de don Ortún de Velazco y la Real Audiencia fue el encargado de dirigir a su tropa en pos del hallazgo de una ruta por el nororiente conquistado, que comunicara rápidamente a la Nueva Pamplona con el río grande la Magdalena y Santa Marta.
En la travesía el oficial tuvo que enfrentarse a la agreste topografía y los hostiles indios Carates, a los cuales dominó después de despiadadas contiendas. Habiendo superado tales vicisitudes ingresó al terreno de los pacíficos indios Hacaritamas, donde encontró un hermoso valle, un benigno clima y el ambiente propicio para desarrollar la vida con comodidad. Allí rancheó con su tropa el 26 de julio de 1570. Luego de inspeccionar el lugar y recibir el trato amable de los aborígenes fundó la Villa de Ocaña, el 14 de diciembre de 1570. Ocaña fue fundada en honor del Presidente Venero de Leiva, gobernante de la época de la Nueva Granada y quien era oriundo de la ciudad homónima en España. La integra un grupo de conquistadores comandados por el fundador Francisco Fernández y un fraile, que lleva en sus manos la cruz alta. Componen el vestuario armaduras, cotas, calzón corto y medias largas; como armamento, portan espadas y lanzas. Los modelos fueron tomados de representaciones artísticas de la Conquista y la Colonia.

3. LEONELDA HERNÁNDEZ
La base histórica de esta comparsa se remonta a finales del siglo XVII coincidiendo con la visita pastoral que en esos días hacia a sus feligreses de la comarca ocañera, el Ilustrísimo señor Obispo de Santa Marta, Monseñor Liñan de Cisneros, en el mes de Enero del año 1667.
La leyenda tiene como escenario la población de la Loma de González (Hoy municipio del Cesar) y el Cerro de la Horca, en la ciudad de Ocaña. Leonelda era una joven hechicera de la tribu Búrbura, a quien la Santa Inquisición condeno a muerte debido a " sus practicas de hechicería” y tener a todos los pueblos circunvecinos de convertirlos, un día cualquiera, en infectas lagunas de aguas letales. La rebelde mujer es conducida a Ocaña, y ya casi a punto de cumplirse la ejecución, lanza un imponente grito:
¡Aquí de los Búrburas! Y como llamados ante un conjuro misterioso, brotan de todas partes los indómitos nativos que después de asaetear a la soldadesca y colgar a su jefe, parten con Leonelda hacia sus reductos inexpugnables. Para el pueblo ocañero, Leonelda representa la altivez, el orgullo aborigen y el principio libertario de su raza. Su historia ha dado lugar a numerosos escritos literarios, poemas, obras teatrales y piezas musicales, que prolongan en el alma popular su existencia. Como vestuario utiliza un sencillo sayo hecho de algodón, y va acompañada de un piquete de soldados españoles vestidos a la usanza de la época.

4. ANTÓN GARCÍA DE BONILLA
García de Bonilla es la antítesis de la leyenda anterior. Fue, indiscutiblemente, un personaje real, como lo demuestran los documentos históricos
Era don Antón García de Bonilla -dice el historiador Alejo Amaya- hijo de don Antón, el Conquistador valiente de su mismo apellido. Heredo de su padre con el temple toledano de su alma, crecidísimo caudal que aumento aun más el poder de indomable energía, de talento y de asombrosa actividad. Casado muy joven con doña María Téllez, linda como una rosa al abrirse, buena como el trigo candeal, e hija del linajudo don Luís Téllez Blanco Girón.
El primer registro escrito de esta leyenda, que veremos seguidamente, lo realizo el cronista Ciro A. Osorio Quintero, en su obra "El Valle de los Hacaritamas". Dice don Ciro A. Osorio: “Cuando un día desventurado, en una de sus haciendas, sus hijas y sobrinas cayeron víctimas de la epidemia, y la ciencia vencida le abrió paso a la muerte inminente, don Antón, atribulado, pensó en Santa Rita, la santa milagrosa que se venera en una calle melancólica de Ocaña. Sin reparar en la hora ni en el mal tiempo, don Antón emprendió viaje precipitado a la ciudad seguido de sus criados y cabalgaduras de remuda...” “Hasta que al fin, a la segunda, muy cerca de las doce, llego al santuario y se echo a los pies de la Patrona de los desesperados...” Hecha la promesa formal a trueque de la salud de sus idolatradas enfermas, don Antón regresó a su hacienda. Como por ensalmo, los hermosos luceros de sus ojos habíanse restablecido notoriamente... Paso el tiempo. Vino la vejez y con ella llegó la muerte. Don Antón no volvió a acordarse de Santa Rita. Pero Santa Rita no se olvidó de Antón “. Tipifica este relato, que recoge la leyenda de Antón García de Bonilla, el famoso “desandar”, tan común en el folclor español que ha quedado en el pueblo colombiano vertido en numerosos ejemplos escritos. La promesa incumplida hace que la persona, al morir, recorra como “alma en pena” los sitios relacionados con ella. Para los habitantes de la Provincia de Ocaña, García de Bonilla representa las características propias del “señor” español: hidalguía, filantropía, porte varonil y reciedumbre de espíritu. Por ello, su figura, junto con la de Leonelda, producen en el sentimiento popular la síntesis ideal de su actual modo de ser. El cuadro que en el Desfile de los Genitores hace referencia a García de Bonilla, lo integran, él y su esposa María Téllez, sus dos hijas, su hombre de confianza, Teofilo y tres arrieros con sus respectivas mulas. Vestuario, a la usanza de entonces.” 
5. APARICIÓN DE LA VIRGEN DE TORCOROMA
El 16 de agsto de 1711, según la tradición local, los labriegos Cristóbal Melo y sus hijos José y Felipe, al derribar un árbol con el propósito de hacer un dornajo para su trapiche, hallaron la imagen de la Virgen María, labrada en la corteza. El pueblo devoto bautizó el hallazgo milagroso con el nombre de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, debido al nombre del monte donde fue encontrada la imagen.
El informe más antiguo sobre la milagrosa imagen, data de 1774, y se debe al doctor Agustín Francisco del Rincón, Cura Rector Beneficiado de Ocaña y Vicario Eclesiástico. Para este año de 1774, la Virgen de Torcoroma ya había sido colocada en la iglesia parroquial y se le rendía culto. A la narración de estos portentos, se suman otros, como los relativos a las aguas manadas de la fuente del monte de Torcoroma, que curaron a varios enfermos o evitaron que se secasen arroyos en algunas labranzas de la región.
6. LA ROMERÍA
Las creencias religiosas han sido para los ocañeros, parte integrante de su esencia misma. Por ello, no podía faltar en este magnifico desfile, la representación de uno de los acontecimientos más significativos para el pueblo: la aparición de la Virgen de Torcoroma, ocurrida en el monte de su mismo nombre, el 16 de Agosto de 1711. El cuadro hace alusión directa a la entrada a Ocaña de la imagen 5 años después del hecho (15 de Diciembre de 1716). El grupo va precedido por un sacerdote revestido y un numeroso caudal de romeros, todos con atuendos de la época. Llevan con ellos la milagrosa imagen y van entonando salmodias.
7. DAMAS Y CABALLEROS DE LA COLONIA
Constituye uno de los cuadros más vistosos del Desfile. Esta compuesta por señores y señoras que marchan luciendo costosos vestidos del siglo XVIII. Se destaca aquí la proverbial belleza de la mujer ocañera que tantos escritores y viajeros han alabado en diferentes épocas. Las damas llevan traje largo, mantillas, abanicos y peinetas; los caballeros, sombreros, chambergo y capa.
8. LAS AMAZONAS
Es una variedad de la anterior. La diferencia estriba en que las damas van montadas a caballo. El cuadro rememora los tiempos aquellos en que no habiendo posibilidad de utilizar las cómodas literas debido a lo agreste del terreno, las mujeres tenían que optar por el empleo de cabalgaduras para efectuar los viajes. Las bellas cordobesas que acompañaron a los españoles en la colonia, fueron pieza clave para que los hombres de la corona se adaptaran a los nuevos territorios descubiertos.
Aunque en Ocaña no se tiene certeza de que se conocieran con el nombre de Las Amazonas, estas mujeres fueron el aliciente espiritual y moral para que los conquistadores superaran los obstáculos que la naturaleza les tenía preparados. Ellas conocían el arte de cabalgar briosos corceles de ardiente sangre árabe con los que se internaron en la espesura de la selva del nororiente, mientras que los soldados y conquistadores abrían paso con sus espadas entre la amenazante vegetación.
Esta habilidad fue transmitida a las mujeres ocañeras hasta muy entrado el siglo XX, época en que utilizaban el caballo como único medio de locomoción para las largas travesías y los pasos por los poblados.

9. LLEGADA DE SIMÓN BOLÍVAR A OCAÑA 1813
Después de la derrota sufrida en Puerto Cabello y La Guaira, que sofocó la rebelión de los criollos venezolanos contra los españoles, Simón Bolívar viajó hasta Cartagena y se unió allí a las tropas patriotas de la Nueva Granada. El gobernador Torices aceptó la vinculación militar de Bolívar, quien comenzó la famosa campaña para despejar de realistas las poblaciones asentadas en la ribera del río Magdalena. Comenzó así la llamada "Campaña Admirable". Después de tomar Tenerife, atacó las fuerzas españolas acantonadas en Mompox, siguió a El Banco, Chiriguaná y Tamalameque, hasta llegar a Puerto Real, sin que los realistas obstruyeran su vertiginosa marcha. De Puerto Real pasó a la ciudad de Ocaña. En esta ciudad fue recibido apoteósicamente por el pueblo y los personajes notables, entre quienes se contaron Don Miguel Ibáñez y Vidal y el padre Alejo María Buceta.

10. LAS IBÁÑEZ
Dos hermosas hermanas ocañeras fueron parte fundamental de la historia colombiana. Doña Nicolasa en 1813, a la llegada del Libertador a la región, fue una de las encargadas de coronarlo con laureles. Luego fue Doña Bernardina que en 1819 coronó a Bolivar a su llegada triunfante de la Batalla de Boyacá.
Sus actuaciones fueron de gran trascendencia en las decisiones que se tomaron en la naciente república.

11. COMPAÑÍA LIBRES DE OCAÑA.
Hace alusión a los patriotas ocañeros que acompañaron al Libertador Simón Bolívar en las batallas libradas para conseguir la independencia del Imperio Español
Durante el desarrollo de la Campaña Admirable, Simón Bolívar hizo su primera entrada a Ocaña en los primeros días de Febrero de 1813. En esta ciudad, y gracias a los buenos oficios y entusiasmo de don Miguel Ibáñez y el Presbítero Alejo María Buceta, adquiere suficientes recursos, vituallas y hombres para proseguir su marcha hacía Venezuela.
Antes de su partida, efectuada el 16 de febrero, Bolívar encargó a don José Quintana la tarea de formar un batallón cívico. Nombró además, como segundo de Quintana, al señor don Juan B. Sánchez, y Quintana nombró como su secretario al señor Luís Jácome Marinely. Además, Bolívar nombró al joven Antonio Quintero Copete como ayudante de campo y a Juan Francisco García, jefe de una compañía de voluntarios que se denominó Compañía Libres de Ocaña.

12. LOS COLORADOS
Con el nombre de "Colorados", se conoció durante la guerra de Independencia, a una facción realista que actuó, desde 1818 en la región de Ocaña, causando grandes estragos entre los patriotas. Dice el historiador Páez Courvel que “en 1819 estas guerrillas estaban acaudilladas por Juan Manuel y Cleto Jácome, Bernabé Rueda, Juan Esteban Toscano, Dionisio Barbosa, Juan José García y otros.
Llamáronse Colorados a causa del pantalón rojo que ostentaban los soldados... en vista de esto el Libertador resolvió, en 1820, enviar a Ocaña un Ejército al mando del Coronel Francisco Carmona, para que acabare con los núcleos de facciosos realistas. Carmona ocupó a Ocaña el 10 de marzo de 1820 y los colorados se retiraron a las montañas de Presidente. Pero obligado Carmona a marchar sobre Chiriguaná, lo reemplazo en la jefatura Militar de Ocaña el Coronel Jacinto Lara, quien, con el Coronel Ramos, persiguió a los empecinados realistas por las comarcas de Teorama y la Palma. (Hoy Hacarí) Pero Luego, hallándose Figueredo en Ocaña, fue atacada nuevamente esta plaza por los Colorados, quienes desbarataron a los patriotas y se apoderaron de la ciudad, en noviembre de 1820, capitaneados por los mulatos Jácome y por el cabecilla Javier Álvarez. Fue preciso entonces, enviar una división al mando del coronel Manuel Manrique, quien persiguió a los guerrilleros y recuperó la ciudad.” Entre las víctimas de este grupo se contaron los patriotas don Miguel Pacheco, don Juan Pino, don José Mora, don Eugenio Barbosa, Don Juan de Dios Illera, don Gabriel Quintero, don Manuel Ibáñez, don Bernardo Pacheco, don Jesús Posada, y la distinguida dama Agustina Ferro. Actúan también como personajes centrales, los caudillos Jácome y Javier y José María Álvarez. Lucen los integrantes de la comparsa, pantalón rojo y llevan como armas machetes y algunos fusiles.

13. CONTRADANZA LA VENCEDORA
"Después de haber sonado vibrante en el glorioso campo de Boyacá el 7 de agosto de 1819 hacia las cuatro de la tarde, por iniciativa del coronel José María Cancino, quien integró la fanfarria respectiva, se oyó jubilosa La vencedora en el recibimiento de la ciudad capital a los libertadores de Colombia. Correspondió al cancionero noble de Colombia rescatar el sonido de esta pieza clave de las gesta libertadora y devolverle el carácter de emblema musical de la batalla que consagró nuestra independencia. El maestro Rozo Contreras fue el comisionado por la cancillería para hacer un arreglo para banda sinfónica, con base en las reproducciones del Papel Periódico y de la Historia de la Música Colombiana de José Ignacio Perdomo Escobar, en la copia manuscrita que para el efecto suministró el ilustre historiador.

14. GRAN CONVENCIÓN DE OCAÑA
Este cuadro representa a los convencionistas de 1828, entre quienes se destacan el General Francisco de Paula Santander, Luís Vargas Tejada y el Almirante José Prudencio Padilla. Este último se hizo presente en Ocaña fugazmente, para solicitar apoyo político a sus proyectos que, desafortunadamente, culminaron con su injusto sacrificio. Cabe anotar que durante el corto e infructuoso sesionar de la Convención Grancolombiana, se hicieron famosas las tertulias en casa de la familia Ibáñez, “los bailes donde don José Manuel Trigos, las tazas de plata fina desbordantes de chocolate del que cultivaban los ocañeros en las vegas del Catatumbo, los paseos a “Barbosa” y más que todo, debió de serle muy grato (a Santander) el recuerdo de aquella gentil disfrazada (Bárbara Vicenta Lemus, quien debido a su atracción por el General Santander usaba atuendo masculino para poder colarse en las sesiones) que desde los escaños de San Francisco lo miraba con patriótico entusiasmo y palmoteaba con rapidez cada vez que el héroe dejaba salir el hilo abundante de su peroración”. “Pese al estruendoso fracaso de la Gran Convención, los ocañeros guardan de ella un respetuoso recuerdo: aún se levantan el templo y convento de San Francisco (declarado monumento nacional), que sirvieron como sede a aquellas enconadas polémicas entre bolivarianos y santanderistas. “Los integrantes de este cuadro van vestidos a la usanza de la época y durante la marcha del desfile, escenifican debates y altercados propios de lo que pudo haber sido una sesión de la Convención. Cerrando este cuadro va la carroza alusiva al “Templo de San Francisco y en ella dos damas que representan a Doña Nicolasa y a Doña Bernardina Ibáñez.

15. CONTRADANZA LA LIBERTADORA
Compuesta para la entrada triunfal de Bolívar a Bogotá después de la Batalla de Boyacá, según lo refiere Perdomo Escobar, La Libertadora se tocó repetidas veces alternada con La Vencedora, en el baile ofrecido a los libertadores en el Palacio de San Carlos y en las fiestas de plaza que para festejar la emancipación se organizaron en la capital, con una duración de quince días. Corrió luego suerte parecida a La Vencedora. En 1955 el maestro Oriol Rangel le hizo el magnífico arreglo pianístico que se puede apreciar en los referidos discos de la HJCK y el Cancionero Noble.

16. LIBERACIÓN DE LOS ESCLAVOS
“Hay en el centro de la plaza principal de Ocaña (Plaza del 29 de mayo), una tosca columna de ladrillo, construida por los esclavos libertos en 1851, para conmemorar la Ley de Manumisión. Este monumento es único en Colombia y se ha convertido, con el transcurrir del tiempo, en un símbolo más de la ciudad. Hace poco, fue sometido a restauración por parte de la división de Monumentos Nacionales. La historia narra que el día de su inauguración, el Gobernador Agustín Núñez organizó una apoteósica festividad en la que fuera la Casa Municipal (Hoy lamentablemente destruida) bailando con la negra Nicanora Rincón, la liberta más vieja. “La comparsa constituye una carroza alusiva a la columna y un grupo de esclavos que la acompañan.”

17. AGUATEROS Y LECHEROS
Revive la época en que tanto el agua como la leche, eran llevados a la ciudad a lomo de mula, por los campesinos. Sobre el particular, anota Alfonso Carrascal Claro: Hasta finales del decenio del 40, era de ocurrencia diaria ver por las calles de Ocaña a estos hombres y niños que utilizando burros cargados con barriles de madera, suministraban agua a todas las casas que no contaban con aljibes o el precario servicio del Acueducto del "Llanito", cuya capacidad de redes sólo cubría la parte central de la ciudad. Siendo la leche en esos tiempos, un artículo de lujo que sólo consumían los pocos ricos de la plaza, como era costumbre llamarlos, las mujeres de los campos cumplían esa labor de venta, cargando a sus espaldas unos recipientes de zinc, que sostenían en la cabeza con un pretal.

18. HERMANAS DE LA PRESENTACIÓN
Por iniciativa del General Guillermo Quintero Calderón y el sacerdote Ramón Anaya y Rubio, la Asamblea Departamental de Santander expidió la ordenanza No 5 de 1888 creando el Colegio de Señoritas de Ocaña, que estaría regentado por una comunidad religiosa. Era Gobernador de Santander Quintero Calderón y Presidente de la Asamblea al doctor Santiago Rizo Lemus. El centro educativo fue financiado por los señores Manuel Roca Rincón, José Domingo Jácome, Juan Crisóstomo Pacheco, Manuel Conde Ribón y Manuel Benjamín Pacheco Carvajalino. El colegio se entregó a las Reverendas Hermanas de la Presentación de Tours, bajo la Dirección de la Hermana María Dossithee, quien regentó el colegio hasta 1915. Con esta religiosa vivieron también la Hermanas Emma, Ana Manuela y Lucía.
Después de haber permanecido en la Cruz (Hoy Ábrego durante 7 meses, debido a una epidemia de fiebre amarilla que azotaba nuestra ciudad, las Hermanas llegaron a Ocaña el 18 de octubre de 1889. El colegio funcionó hasta 1974 en el antiguo convento de San Francisco.

19. EL COLEGIO JOSÉ EUSEBIO CARO
En 1911 la Asamblea de Norte de Santander expidió la Ordenanza que creó el Colegio de José Eusebio Caro, participando activamente los diputados de la Provincia de Ocaña, Luciano Jaramillo Madariaga, Francisco Duque Hoyos, Adriano Lemus Roca y Januario Sarmiento. Su antecedente inmediato, fue el Liceo San Luís Gonzaga que se había creado por intervención de Monseñor Fray Francisco María Simón y Rodenas. Fueron sus primeros directores, el Presbítero Benito Ovalle A., Doctor Francisco Vergara Barros, doctor Enrique Monsalve y el doctor Arturo Acuña. En 1918 la Gobernación de Norte de Santander celebró un contrato con la Compañía de Jesús, para que se hicieran cargo de regentar el Colegio de José Eusebio Caro, lo cual se llevó a cabo hasta 1933, año en que la institución pasó a manos de institutores laicos, iniciando con el doctor Antonio Sierra S. El 10 de enero 1940, el Colegio Caro adquirió carácter nacional y en 1943 se graduaron sus primeros bachilleres. Ilustres personalidades de la vida intelectual de la región y del país, se han desempeñado como rectores de la institución y como docentes, hasta la fecha actual. Entre ellos, destaquemos a Belisario Matos Hurtado, Luís Eduardo Páez Courvel, José María Peláez Salcedo y Marco Arenas Buenahora, y a los docentes Anaya, Alberto Amaya, Rafael Contreras Navarro, Francisco López Erazo, Ciro A. Lobo Serna, Ramón Trillos Páez, entre otros.
Actualmente, la Institución Educativa José Eusebio Caro, es el centro educativo más prestigioso de la antigua Provincia de Ocaña, destacándose históricamente por la brillante trayectoria nacional que muchos de sus bachilleres han tenido en Colombia y el exterior.

20. LAS FLORISTAS
Como una forma de homenajear a quiense dedicaban su esfuerzo laboral a surtir de flores a las gentes de Ocaña, esta comparsa muestra todo el colorido de los jardines locales y la belleza de las jóvenes trabajadoras de la ciudad.
Rostros amables y gentiles y cuerpos espigados y cadenciosos, se unen a la policronía floral en esta llamativa comparsa.

21. LOS GITANOS
Recuerda esta comparsa a los grupos de gitanos que hace ya mucho tiempo solían venir a Ocaña, creando con ello todo un acontecimiento cultural.
En este cuadro se observan las famosas carrozas gitanas y sus integrantes con la vestimenta propia de su cultura.

22. LA DANZA DEL TIGRE
Patrimonio inmaterial del corregimiento de Otaré (antes Brotaré) y también de las poblaciones de Río de Oro (Cesar) y Teorama. La denominada Fiesta del Tigre tiene lugar en Otaré, los días 5, 6 y 7 de enero.
La danza recoge la historia de un tigre que asolaba la región, hacia finales del siglo XIX, lo cual dio lugar a que se formaran partidas de caza para acabar con la fiera. Se cuentan entre los participantes algunos pintados con hollín, que representan a los negros cazadores. El certamen recrea la aparición de la feria, los daños causados por ella, su cacería, matanza y la venta del cuero.

23. LOS SIRIO- LIBANESES
Las primeras familias sirias y libanesas que llegaron a Ocaña, lo hicieron a finales del siglo XIX. Para Ocaña, esta próspera comunidad es ya algo propio. Su interesante odisea, familia por familia, lo narra don Zajia M. Numa, quien publicó, poco antes de su sentido fallecimiento y participación directa en el Desfile de los Genitores, una interesante obra titulada " Libaneses y sirios en Ocaña".
La comparsa que hace parte del Desfile, esta integrada por auténticos sirios y libaneses y por sus descendientes. Todo el vestuario procede de sus viejos arcones, lo cual hace del cuadro toda una muestra de verdadero colorido.

24. LA ARRIERÍA
La historia del transporte en Ocaña se remonta al empleo de indígenas cargueros, al comienzo de la Colonia, y de mulas y caballos, más tarde. Cuando la población se consolidó y el comercio se hizo activo entre Pamplona y el Puerto Real sobre el Magadalena, se establecieron las primeras empresas que alquilaban las recuas para transporte de víveres y mercadería, de y hacia Pamplona. Así comienza a nacer la arriería en la región que se interrumpía parcialmente con la puesta en marcha del Cable Aéreo, inaugurado el 7 de agosto de 1929. La arriería congregaba un numeroso grupo de familias establecidas en las salidas de Ocaña, hacia el norte (Venadillo), el sur (Villanueva), el occidente (El Tejarito) y el oriente (La Piñuela), donde existieron hasta bien entrado el siglo XX, cuadras para las bestias de cargas, herrerías y posadas.

25. EL CABLE AÉREO
El Cable o funicular aéreo, es un sistema de transporte que opera mediante vagonetas que se mueven a través de un cable de acero, entre torres metálica de variada altura. Ejemplos actuales de este medio de transporte, los encontramos en Bogotá, con el teleférico que conduce al santuario y cerro de Monserrate y el Metrocable de Medellín.
Inicialmente se proyectó de Cúcuta a Gamarra, pero sólo se concluyó el tramo entre Gamarra y Ocaña. La obra se inició en 1924, inaugurándose oficialmente el 7 de agosto de 1929. El responsable de los trabajos fue el ingeniero James F. Lindsay y su primer gerente don Gabriel Sanín Villa. El Cable Aéreo medía 47 kilómetros, dividido en 6 secciones que abarcaban los hoy municipios de Gamarra, Aguachica, Río de Oro y Ocaña. Duró este sistema cerca de 20 años y reemplazó los difíciles caminos de herradura y el transporte mular, por modernas vagonetas de carga y pasajeros que se desplazaban a una velocidad de 7 kilómetros por hora.

26. INAUGURACIÓN DE LA CARRETERA
En diciembre de 1919, llegan los primeros carros a Ocaña, desde Puerto Nacional. El primer vehículo fue traído por la firma Jácome Niz & Co. y su primer conductor fué el señor José M. Palau. Hacia 1929, las fotografías de la época nos muestran la circulación de varios vehículos por las principales calles de la ciudad, así como su flujo en décadas posteriores.

27. AEROLÍNEAS TORCOROMA "AEROTOR"
Se cierra la evolución del transporte de Ocaña con la aviación. En 1952, se inaugura el primer aeropuerto de la ciudad, en el corregimiento de Aguas Claras. Varias empresas prestaron su servicio de pasajeros y carga, en las rutas Ocaña-Bogotá, Ocaña-Cúcuta. En la década de 1960, los hermanos Denis y Jorge Cabrales Romero, fundaron la empresa "Aerolíneas Torcoroma" AEROTOR, que constituyó un hito en la historia del transporte en la ciudad.

28. LOS CAPUCHONES
Estos singulares disfraces, tomados en 1945 del Carnaval de Barranquilla, fueron incorporados al Carnaval de Ocaña a partir de su primera versión el 3 de enero de 1946. Niños, jóvenes y adultos adoptaron este disfraz y todavía se recuerda con entusiasmo los bailes de coronación realizados en el Hacaritama (localizado en el actual Palacio Municipal), donde los capuchones constituían mayoritariamente el vestuario festivo. Tamborinas y disfraces de indígenas, y la inolvidable "Gigantona", solían recorrer los barrios y el centro de la ciudad, alegrando las festividades decembrinas y los días del Carnaval.